viernes, 12 de marzo de 2010
Gloria, Hernando y Lucho: un Voto decente
Gloria, Hernando y Lucho:
No es un voto seguro, pero sí decente
Mauricio Rodríguez Amaya
www.bajolamole.blogspot.com
En una democracia marginal como la nuestra, mucha gente se orienta por lo que la gran prensa indique, y si es en temas electorales, muchos y muchas optan por votar por el más seguro, dizque con el propósito de “no perder el voto”. De las consecuencias de este desatino ni hablar. Mi voto no será seguro, (porque la competencia está durísima) pero será un voto de conciencia, un voto decente, una apuesta por personas que harán mucho por recuperar la democracia, luchar por la paz y cambiar el rumbo de un país que está quedando en ruinas.
Al Senado, votaré por Gloria Inés Ramírez; maestra, dirigente sindical, excelente madre e intachable comunista. Ella representa una mirada honesta y una práctica ejemplar de la política de la izquierda colombiana. Gloria Inés Ramírez, es una mujer valiente que ha sufrido las asechanzas del régimen; que vivió el exilio, pero volvió para enfrentar con la frente en alto el poder del ubérrimo desde el Senado de la República. Este será su segundo periodo en el parlamento y estoy seguro que no dará el brazo a torcer en la defensa de los derechos y la paz.
A la Cámara por Bogotá, votaré por Hernando Gómez Serrano; entrañable amigo, orador inagotable, gran conversador y con un excepcional conocimiento sobre la realidad del país, la región y Bogotá. Cualquiera que se haya gozado una conferencia de Hernando Gómez Serrano sobre megaproyectos, planes estratégicos o sobre el POT de la capital, o quien haya tenido el gusto de caminarse la ciudad con él, con sus historias y sus enseñanzas, la tendrá difícil si piensa votar por otro. Si llega a la Cámara, no tengo duda que hará historia en el Parlamento colombiano.
Votaré con Lucho en la consulta presidencial del Partido Verde; porque ha sido un político honesto; reversó la privatización de la educación y la salud durante su alcaldía de Bogotá, y porque habla sin rodeos, directo al hígado, y con la frescura de quien no tiene nada que temer, ni nada que deber. Lucho, de ganar la consulta, le dará un tono nuevo a esta campaña presidencial, tan aburrida y prefabricada.
Colombia requiere que su congreso funcione en el Parlamento y las regiones y no la Picota, que los legisladores y legisladoras trabajen para que se fortalezca la democracia y no para servir de escuderos del presidente de turno. Colombia puede cambiar de rumbo; esta decisión está en las manos de cada uno y cada una de los votantes. El reto es duro, pero no imposible.
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