lunes, 21 de enero de 2019

El amor y la época


El amor y la época

Almaro




No son éstas las noches de dormir tranquilo, tú lo asaltas todo. El mundo se revuelca en su inmundicia de guerra incontrolable, y en mi calle no se escucha un suspiro, gente pusilánime que duerme mientras la tierra muere, y la noche sería perfecta para caer en las trampas del sopor, si no fuera por la imagen de tus besos, el aroma que llega de tu cuello o la mirada tierna y fija con la que sonreíste en ese momento frío del primer beso cálido. Tus ojos no dejan de mirarme y tus manos, de dedos largos y perfectos, no dejan de acariciar las manos mías, rústicas y torpes. Tu voz, siempre cálida, sigue hablándome de ti y de lo bonito que es ese mundo que respiras. La luna de esta noche me habla desde su menguante, yo creo escucharla cuando me comenta que me piensas; no es consolación saberlo porque en mi cabeza no caben más ideas que no vengan de tus párpados, de tus labios o de tus dientes mordiendo con amor los labios que deseo.

No son épocas fáciles y miles mueren; yo sueño con nacer contigo en otro mundo, donde valga la pena amar el aroma de la madrugada y el frío de la noche. Donde sea posible sembrar para vivir y morir para sembrar. Sueño ese mundo donde la vida vale la pena, porque la muerte no lo corrompe todo y sueño, que en medio de todo, la muerte cumpla su papel con paciencia y ternura. Sueño con tus ojos acompañándome mientras caminamos y hablamos de locuras, o de autores profanos; sueño con tus labios imaginando un beso y también recorriendo mi rostro hasta mi boca. Sueño con el día en que iremos a la marcha para pedir la paz, y luego haremos el amor como si fuera la última batalla. Sueño con la calma del amor que se merece la respiración de mis días, y el amor que merece pelear la guerra indescifrable de tus caricias. La vida es tan corta, tanto que las mariposas aletean intensamente para mover el mundo a pesar de lo efímera que resulta su existencia. No moriré antes de amarte, porque quizás en ese amor que sueño se esconde el aleteo de las mariposas y el morir paciente de las larvas. No son fáciles las épocas y miles mueren; yo sueño con vivir a tu lado mientras la bomba no toque el centro de la tierra.