Porqué Héctor Bermúdez?
Mauricio Rodríguez Amaya
Conozco a Bermúdez hace unos diez años, como dirigente sindical, como un excelente conversador, como un hombre de extracción humilde y como el dirigente que siempre encuentra el lado amable de cualquier problema.
Como sindicalista ha estado al frente de la Central Unitaria de Trabajadores de Bogotá, desde su fundación; es un hombre incansable, tiene como regla hacer la política conversando, conociendo uno a uno los problemas de la gente y buscando soluciones creativas y duraderas.
Reconozco en él ese sentido de la sencillez que le permite establecer una conversación con cualquier persona sin importar su nivel social o su partido, siempre está conversando, siempre tiene un cuento o una anécdota, siempre sale con algo que termina por cambiarle el día a su interlocutor. Ese estilo, esa facilidad envolvente de romper el hielo, se ganarse el aprecio, de quedarse con el afecto de quienes lo conocemos, me permite tener la certeza que logrará grandes cosas desde el Concejo de Bogotá. Puede enseñarle a este país de oídos sordos a que aún es posible conversar, buscar acuerdos, construir entre todos los cambios necesarios.
Héctor Bermúdez nos ha enseñado a asumir retos como estos con toda la pasión y el entusiamo. Fue candidato al concejo de la ciudad por el Frente Social y Político, pero a pesar de una altísima votación, no se alcanzó el umbral. Ya fue concejal, en remplazo de otro hombre grande de la política nacional, llegó al concejo para darle continuidad a la tarea que por tantos años y con inigualable altura emprendió Mario Upegui Hurtado.
Ahora la pelea es dura, pero ha sido sorprendente y emocionante cómo su campaña fue creciendo por todos los barrios, en todas las localidades, cómo se fue calando en el corazón de miles de personas.
Héctor sabe que la tarea no es fácil, pero como él mismo ha dicho: lo fácil para los mediocres, las tareas duras para los revolucionarios.
