miércoles, 20 de junio de 2018

Te veo en las Calles


Te veo en las calles

 Almaro

S
é que habíamos prometido vernos pronto en la copa de un nevado, bajo la cristalina golpiza de una cascada o bajo el sol intenso de una mar desprovista de sombras. Pero no logro ver el nevado, ni la playa, ni la cascada. No logro hallarte en esos lugares que hoy vuelven a estar en riesgo, porque los que gobiernan desprecian el agua del nevado, destruyen la montaña de la cascada y envenenan la mar. Solo logro verte en la calle, en la marcha que pide agua, en la multitud que quiere democracia y en la protesta contra los explotadores de la tierra. Veo tus manos trazando en la pared un mensaje a los jóvenes revolucionarios, te veo sobre la ventana de un auto alzando las banderas de la paz y la esperanza. Veo tus ojos tras la capucha que esconde el rostro para poder mostrar la indignación; mis ojos no pueden dejar de ver tu sonrisa caminando de la mano con tus camaradas exigiendo el pan, el agua, el derecho a un mundo donde vivir valga la pena. Te veo rechazando desde la tribuna el asesinato del estudiante víctima de la intolerancia policiaca, te veo llevando la pancarta en donde se lee paz, mientras tus labios, sedientos, la gritan en coro. Te veo en la protesta y el tropel, te veo en medio de la muchedumbre y el mitin, te veo en la reunion preparatoria de la marcha y en la marcha preparatoria de la próxima lucha.
Vienen tiempos difíciles, difíciles para la montaña y para el amor, para la cascada y el nevado; las balas volverán a ocupar el silencio del desierto y las amenazas caerán de nuevo mientras se envenena la tierra con glifosato. Vienen las bombas del fracking y de la guerra, todo indica que la pequeña paz, recién nacida, se quedará de nuevo a las puertas de un hospital viendo morir a sus abuelas y estas a sus hijos. Vienen tiempos de violencia y lágrimas, y aun no logro verte en el nevado, escapada de las tribunas y las marchas; Estás ahí, en medio de la gente que ha recuperado su dignidad; te veo venir encabezando la manifestación; te veo con tu piel convertida en dibujo y te veo llevando la banderita verdeamarilla o la camiseta roja de la sangre roja; veo tu cabello recogido peinado combativamente para que pueda ver el sello precioso de tu juventud y tu cuello. Te veo dirigiendo la reunión del consejo de estudiantes y la junta del barrio, te veo organizando la asamblea y adornando la sede, escribiendo con el corazón las consignas sobre papelitos que serán repartidos en el mitin y te veo hablándome al oído, diciéndome casi en silencio, solo después de un beso, “no me esperes en el nevado, es el tiempo de vernos en las calles”. 



________________________________