PRONUNCIAMIENTO DE LA SEGUNDA ASAMBLEA NACIONAL DEL CONGRESO NACIONAL
INDÍGENA-CONCEJO INDÍGENA DE GOBIERNO
Octubre, 11,12,13 y 14 de 2018, San Cristobal
de las Casas, México
“tejemos la
vida, pues es la encomienda que recibimos de nuestros antepasados.”
A las Redes de Apoyo al Concejo Indígena de Gobierno - A la Sexta
Nacional e Internacional - A los pueblos de México y el mundo
Hermanas, hermanos:
Desde la Segunda Asamblea Plenaria del Congreso
Nacional Indígena y el Concejo Indígena de Gobierno, llevada a cabo del 11 al
14 de octubre en el CIDECI-UNITIERRA, San Cristóbal de las Casas, Chiapas, nos
dirigimos respetuosamente a las y los compañer@s, que conforman las Redes de
Apoyo al CIG, a los pueblos de este país y del mundo para vernos, consultarnos
y emprender nuevos pasos para la construcción del nuevo mundo que necesitamos.
Lo
decimos con urgencia, porque los que somos pueblos originarios, en nuestra
lucha en contra de la profunda enfermedad causada por el capitalismo, tejemos
la vida, pues es la encomienda que recibimos de nuestros antepasados. Eso, para
nosotros es construir la vida y hacerla crecer en cada rincón, con una
esperanza que apueste por la memoria y por los tiempos venideros. Nos tejemos
en colectivo como pueblo y en ese trabajo nos tejemos también como personas.
Somos
redes en nuestras localidades donde buscamos en colectivo tener una sola
palabra que sea espejo de nuestra madre tierra, de su latido y de su vida.
Somos redes de redes en nuestras comunidades y regiones que son colectivos de
colectivos, donde encontramos una sola otra palabra, que entre los nuestros,
escuchamos con atención porque sigue siendo lo que decidimos libremente ser,
eso es nuestra lucha permanente y por eso la respetamos y honramos, haciéndola
nuestro gobierno, no ahorita sino siempre, porque de nuestras diferencias surge
el acuerdo colectivo. O sea, de nuestro ser diferentes surgimos como uno solo,
como los pueblos que somos y es por eso que también honramos nuestras
diferencias.
Así,
cuando por acuerdo del Quinto Congreso Nacional Indígena decidimos conformar un
Concejo Indígena de Gobierno, no fue vacilando, ni pretendiendo que todos sean
como nosotros, ni queriendo decir a nadie qué hacer, sino para decir al mundo
que no es cierto que el gobierno deba ser para destruir, sino para construir.
No es cierto que el gobierno deba ser para servirse, sino para servir. Debe ser
espejo de lo que somos cuando soñamos decidiendo nuestro destino, y no la
mentira que nos suplanta para decir en nuestro nombre que quiere ver muerto
todo a su alrededor.
A
eso que tejemos, le llamamos organización y es el territorio que defendemos, es
la lengua que hablamos y nos negamos a perder, es la identidad que no olvidamos
y que engrandecemos con la lucha. Pero resulta que es también lo que los dueños
del dinero necesitan para destruir y convertir en más dinero, para hacerlo mercancías
con la explotación, con la pobreza, la enfermedad y con la muerte de muchos
otros millones de personas que no son de nuestros pueblos y que viven en las
ciudades y en el campo. O sea, tampoco es cierto que la muerte, la represión,
el despojo y el desprecio sea sólo para nosotras y nosotros los originarios.
Por
eso, ejercer la autonomía con nuestras formas ancestrales de caminar
preguntándonos, es la única puerta para poder seguir haciendo de la vida,
nuestro camino irrenunciable, pues afuera todo se acomodó para afianzar el
terror y la ganancia de los poderosos. En ese contexto, aunque nuestra libre
determinación sea reconocida en sus leyes viciadas, no hay forma de que se
detenga, o siquiera se frene la acumulación capitalista basada en nuestro exterminio.
Esto será posible hasta que se desmonte la finca, la hacienda, la fábrica, el
campo de concentración o el cementerio, en lo que han convertido nuestro país y
nuestro mundo.
El
Concejo Indígena de Gobierno es la forma de honrar nuestras diferencias, para
encontrar ahí la palabra en la que nos reflejemos, y que sea un verdadero
gobierno. Lo otro, eso a lo que arriba llaman Estado Mexicano, es sólo una
mentira hecha para imponer, reprimir y ocultar la muerte que ya se nos desborda
haciendo evidente el engaño. Es decir, no son más que una banda de rateros que
fingen ser institución de derecha o de izquierda. En cualquier caso, traen la
guerra consigo y por más que la maquillen también se les desborda, porque el
patrón es el patrón.
Pero
abajo, no tenemos más que defender la vida con o sin las mentiras del gobierno
que sale, del gobierno que entra, porque las palabras sobran cuando se amenaza
a los pueblos Binniza, Chontal, Ikoots, Mixe, Zoque, Nahua y Popoluca del Istmo
de Tehuantepec con sus proyectos trasístmicos y la expansión de las Zonas
Económicas Especiales, a los pueblos Mayas con su proyecto de tren capitalista
que despoja y destruye a su paso la tierra. Las palabras sobran ante la
anunciada siembra de un millón de hectáreas con árboles frutales y maderables
en el sur del país, ante la ilegal y amañada consulta para la construcción del
Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, o ante la oferta para que sigan
invirtiendo las empresas mineras que tienen concesionadas grandes extensiones
de los territorios indígenas. Las palabras sobran cuando sin consultar a
nuestros pueblos el futuro gobierno impone la creación, al estilo del viejo
indigenismo, del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, comandado por
los desertores de nuestra larga lucha de resistencia.
Las
palabras sobran cuando vemos el cinismo con que son entregados los pueblos de
México a los intereses de Estados Unidos a través del Tratado de Libre
Comercio, mismo que promete ratificar el futuro gobierno de López Obrador,
quien en uno de sus primeros discursos no dudó en ratificar la continuidad en
la actual política monetaria y fiscal, es decir, continuidad en la política
neoliberal, la cual será garantizada con el anuncio de que las corporaciones
militares seguirán en las calles y con la pretensión de reclutar 50 mil jóvenes
para las filas armadas que han servido para reprimir, despojar y sembrar el
terror en toda la nación.
Cuando
nuestras demandas fueron parar esta guerra y que los derechos de los pueblos
indígenas se reconocieran en la constitución mexicana, traducidos en los
Acuerdos de San Andrés, fuimos traicionados porque el patrón que no vemos y que
es a quien sirven los que dicen gobernar, ordenó tender sobre nosotros muchas
leyes que hacen legal robarnos con violencia la tierra, programas para
dividirnos y hacernos pelear entre nosotros, sembrar el desprecio y el racismo
hacia todas las direcciones. Entonces, las palabras sobran también cuando con
cinismo hablan de reconocer en sus leyes profundamente podridas los Acuerdos de
San Andrés o nuestra libre determinación, sin siquiera tocar el asesino montaje
capitalista que es el Estado Mexicano.
De
aprobarse los Acuerdos de San Andrés en el actual contexto, estando vigentes
las sucesivas reformas al artículo 27 constitucional, que han transformado la
tierra en mercancía y han puesto las riquezas del subsuelo en manos de las
grandes empresas, sin acabar con los regímenes de concesiones de aguas,
minería, bienes nacionales e hidrocarburos, sin imponer límites al poder
imperial derogando el actual Tratado de Libre Comercio y limitando severamente
a las grandes corporaciones trasnacionales, sin destruir el control que los
grandes cárteles de la delincuencia ejercen, apoyados en las corporaciones
militares, sobre nuestros territorios, estaremos viviendo, en el mejor de los
casos, una burda ilusión, que nos oculta la embestida del dinero contra
nuestros pueblos.
Nosotros,
en el Congreso Nacional Indígena-Concejo Indígena de Gobierno, no tenemos duda
y no seremos parte de ninguna transformación exponencial capitalista, que con
sus prácticas viciadas, tiene su mirada puesta en nuestros territorios. No
seremos parte de su mentira sedienta de nuestra sangre y nuestro extermino.
Es
por eso, que acordamos seguir construyendo la organización que se convierta en
un gobierno propio, autónomo y rebelde, con compañeras y compañeros de otras
geografías, para romper en colectivo la inercia que nos imponen, para ver entre
todos por donde viene la tormenta y en medio de ella no dejar de tejer, hasta
que nuestro tejido se junte con los otros, que brotan por todos los rincones de
México y el mundo para que se hagan concejos, que juntos, seamos concejo de
gobierno con las redes del apoyo al CIG. Que se desdoblen con sus propias
formas y su propia identidad en el campo y la ciudad sin importar las
fronteras.
Acordamos
consultar en nuestras comunidades, pueblos, naciones, tribus y barrios las
formas y modos de construir junto con las redes de redes, chiquitas y grandes,
una coordinación que nos enriquezca en el apoyo y la solidaridad, que haga de
nuestras diferencias nuestra fuerza, en redes de resistencia y rebeldía con la
palabra que nos hace ser uno solo, de manera respetuosa y horizontal.
Y
como es de por si nuestro modo, cada paso depende de lo que mero abajo
acordemos, por lo que llevaremos a nuestras regiones estos resolutivos para ser
consensados, y que la palabra colectiva que nos hace ser lo que somos, nos
marque el ritmo, el modo y la dirección.
Nuestros
pasos dependerán también de lo que mero abajo en colectivo decidan los otros y
las otras, los maestros, estudiantes, mujeres, trabajadores del campo y la
ciudad, de todos lo que en medio de la guerra capitalista también han decido
tejer la organización que eche abajo la muerte y la destrucción en la que los
capitalistas solo ven ganancias. Si es su decisión, de abajo y autónoma, les
llamamos a que consulten de manera seria y comprometida al interior de sus
organizaciones y colectivos si es o no necesario para ustedes conformar su
Concejo de Gobierno.
Si
así lo deciden, en consecuencia a nuestro llamado para hacer retemblar la
tierra con la organización de abajo y a la izquierda, siempre contarán con
nuestra palabra compañera, desinteresada y solidaria. Compañer@s no serán pasos
fáciles, ni rápidos, pero estamos convencidos de que se nacerán profundas
grietas para desmontar el poder de arriba.
En
su momento y de acuerdo a la consulta que realicemos en nuestras comunidades,
el CNI-CIG discutiremos la incorporación a algo más grande, que sea capaz de
incorporar nuestras luchas, pensamientos e identidades. Algo más grande que se
haga fuerte con las visiones, modos, formas y tiempos de cada quien.
Hermanas,
hermanos es esta nuestra palabra colectiva, que sigue llamando a la
organización de abajo para defender la vida, y sanarnos junto con nuestra madre
la tierra.
Desde
CIDECI-UNITIERRA, San Cristóbal de las Casas, Chiapas
A
14 de octubre de 2018
Por
la Reconstitución Integral de Nuestros Pueblos
Nunca
Más Un México Sin Nosotros
Congreso
Nacional Indígena
Concejo
Indígena de Gobierno
Ejército
Zapatista de Liberación Nacional
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