El efecto Gossaín Mauricio Rodríguez Amaya Apoye esta nota con http://www.youtube.com/watch?v=oLucvgmXVNI Hace pocos días, Juan Gossaín, Director de noticias de RCN, presentó en su editorial matutina, su opinión sobre el escándalo producido por la interceptación ilegal del DAS, su papel de persecución a la oposición y su capacidad para crear la hecatombe que buscaba Uribe para su segunda reelección. El veterano periodista colombiano, en un ataque sorpresivo de ética, después de prestar sus servicios por años al canal radiofónico del régimen, mostró la radiografía de la seguridad democrática: terrorismo de estado, montajes, sabotajes y desprestigio social y jurídico a los opositores del uribismo. Sorpresa para la mayoría, que durante años hemos escuchado al periodista preferido de San Bernardo adular a gobernantes de turno, uno por uno, a esconder verdades para favorecer posturas oficiales, a vivir del chiste mientras el país se sume en sus tristezas. Desconcierto para sus jefes y émulos, por semejante respuesta con tan alto grado de dignidad y estoicismo, en medio de tanto periodismo bursátil y de bolsillo. Juan Gossaín es un periodista colombiano que además de contar con una mente brillante y una oratoria métrica, rigurosa y creativa, ha servido juiciosamente a la prensa de los Ardila Lulle por más de 20 años, fue Pastranista hasta cuando tocó y ha sido Uribista mientras los dueños de la marca lo definan. Ahora, precisamente ahora, cuando está en pleno debate la concesión del tercer canal de Televisión y los intereses de la casa Santos (cuyo candidato presidencial es precisamente el del gobierno) y los de los socios de RCN están enfrentados, Gossain se despacha en denuncias y señalamientos sobre la función del DAS como aparato del gobierno para confrontar la oposición a partir de operaciones, estrategias y acciones que el mismo periodista califica de monstruosas. Pero supongamos que este detalle empresarial no tiene ninguna influencia sobre la opinión del editorialista, y que efectivamente su opinión es el reflejo de un acto de estupor y vergüenza. Si Juan Gossaín, que ha servido tan disciplinadamente a los intereses de los medios que construyeron el efecto que Amnistía Internacional denominó El embrujo autoritario; que ha servido a los medios que mantienen postrada la opinión pública a favor del régimen impuesto por el finquero; que han contribuido al señalamiento de la oposición y alimentar el odio contra los vecinos; si Juan Gossaín logró ver y entender las macabras operaciones de la oficina de seguridad del presidente y fue capaz se plantear la necesidad de superar el estado de manipulación, zozobra y engaño impuesto por el ubérrimo, ¿porqué no atrevernos a pensar que otros miles de colombianos y colombianas, igualmente frustrados y estupefactos puedan cambiar de opinión a favor de los cambios que requiere el país, para poder superar toda la porqueriza impuesta en los últimos 8 años de corrupción, persecución antidemocrática y falsos positivos?. En Perú fue posible un cambio que permitió llevar a la cárcel a Fujimori y a Montesinos. Si en Colombia hay gente decente, del tamaño de este Gossain que hoy nos sorprende, ¿por qué no incentivar su participación para que cambiemos el rumbo de la historia, y en un futuro próximo puedan ir a la cárcel los ubérrimos, sus respectivos santos y los JoséObdulios? Quizás Gossaín no votará por Petro, que sería lo más consecuente con su nueva postura. Pero es posible que, apoyados en el material del periodista, impulsemos a más personas a acompañar el proyecto del Polo en las elecciones presidenciales de mayo. Aún no hemos perdido y queda por venir la próxima batalla. |
martes, 20 de abril de 2010
El Efecto Gossaín
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